Sentencia del Juzgado de lo contencioso-administrativo nº. 1 de Pontevedra que condena a pagar 100.000 euros por los efectos secundarios de la cloroquina
A nuestra cliente su reumatólogo le recetó Resochin (nombre comercial de la cloroquina) para tratar una artritis reumatoide.
La pauta fue tomarlo de modo indefinido, pero obviando la necesidad de controles oftalmológicos periódicos.
Y ello porque tiene efectos nocivos sobre la mácula, pudiendo producir la pérdida progresiva de la visión.
Al cabo de los años un oculista privado descubre la enfermedad: maculopatía por toxicidad a la cloroquina.
A partir de ahí se inició una reclamación que concluye ahora, reconociendo el daño causado por un medicamento que tenía sus ventajas pero con unos riesgos muy altos.
Ya los antiguos griegos a los fármacos les llamaba veneno. No saber dosificar ese veneno es una irresponsabilidad que ahora se reconoce con esta sentencia.
Y no será la última porque tenemos más clientas afectadas.