El mejor tratamiento posible no libra al médico de informar de los riesgos más graves. Sentencia que condena a 30.000 euros por no informarlos.
La sentencia comentada, de un juzgado de lo contencioso-administrativo de Ourense, reprueba el comportamiento de quien hace buena en medicina esa maquiavélica máxima de que el fin justifica los medios, o la falta de ellos.
En este caso la existencia de trasplante de médula de donante no emparentado como mejor opción posible en términos de supervivencia, no exime de la obligación de informar del alto riesgo de contraer la fatal enfermedad injerto contra huésped.
El paciente y su familia tienen que estar informados, y no sólo para en su caso rechazar el tratamiento y afrontar otro con menos riesgos aunque no sea tan eficaz, sino para estar preparado mentalmente ante el fracaso, incluso la propia muerte.
La sentencia considera que nuestros clientes, la familia del paciente fallecido y él mismo, debieran estar informados previamente, pues sin información cualquier elección no es enteramente libre.
El daño moral se cuantifica en 30.000 euros.