Sentencia de un Juzgado que condena al INSS a reconocer la incapacidad absoluta a una mujer afectada de una neuralgia del trigémino complicada con otras patologías.
Mucho se habla del dolor como manifestación de determinadas enfermedades, algunas de causa incierta, que merman la calidad de vida de quienes la padecen.
En los hospitales existen desde hace años unidades específicas de tratamiento del dolor a cargo de anestesistas, que son los terapeutas del dolor.
Sin embargo, hay quienes desacreditan a estos pacientes, al referirse a su dolor como un síntoma subjetivo con tendencia a la exageración.
Incluso aluden a que el dolor no es medible, que no existe un “dolorímetro”, desconociendo la existencia de enfermedades que pueden provocar dolores insoportables.
Es el caso de la neuralgia del trigémino, que antaño se denominaba “la enfermedad del suicida”, porque muchos ponían fin a su vida desesperados por el dolor.
Ahora las nuevas terapias contra el dolor, e incluso algún tratamiento quirúrgico, permite bajar el umbral del dolor y mejorar la calidad de vida de estos enfermos.
Es el caso de nuestra cliente, pese a lo cual tiene una vida social muy limitada, pues el soplo de una simple brisa sobre su cara puede provocar una crisis de dolor.
Pese a ello el INSS no accedió a su revisión de grado, para pasar de una incapacidad total a otra absoluta, aduciendo que podía trabajar.
La sentencia viene a darnos la razón poniendo de manifiesto que un cuadro patológico con un dolor que conduce a una depresión grave imposibilita realizar todo tipo de trabajo.