Sentencia que estima la demanda de una técnica auxiliar de farmacia por padecer déficits de memoria y atención, que por sus funciones en la dispensación y preparación de medicamentos le reporta una incapacidad permanente parcial.
Nuestra cliente además de problemas osteorticulares que le obligaron estar a tratamiento por una unidad de dolor con opiáceos, estaba también a seguimiento por neurología por problemas de memoria, según consta en la prueba MOCA.
Tras una larga baja laboral se incorporó a su puesto, pero dado su estado de salud conseguimos que se le adaptase de modo que pudiese realizar sus funciones evitando tener que coger pesos importantes o estar mucho tiempo en bipedestación.
En todo caso, como el INSS le dio el alta sin ningún tipo de prestación por las secuelas que tenía presentamos demanda considerando que procedía el reconocimiento de una incapacidad permanente parcial, pues su trabajo era mucho más penoso que antes.
La sentencia viene a darnos la razón destacando la importancia que en esta profesión tiene una buena memoria y atención, mermadas en la paciente, pues se trabaja en una oficina de farmacia dispensado medicamentos de uso humano con el riesgo de cometer errores fatales.
Ese sobresfuerzo mental para evitar cometer esos errores en una persona limitada por las secuelas de un largo proceso asistencial por otros problemas de salud sobreañadidos, implica una mayor penosidad de su trabajo.
Cuántas veces personas que son aptas para trabajar quedan con sus facultades psicofísicas mermadas sin ningún tipo de contraprestación; pues para eso está la incapacidad permanente parcial y nuestra cliente cobrará por ella 36.000 euros.