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El pez termómetro.

Publicada el: 2 de julio de 2011

El título no es tanto por ese metal líquido de color azul que medía el grado febril de nuestros costipados de la infancia, y que a partir de 37,5º nos dejaba sin ir a clase, sino porque la noticia de los peces con mercurio mide también el grado de enfermedad de la sociedad en que vivimos.

 

Enfermedad social, que como la gripe, provoca escalofríos. Pues tanto la reacción de unos calificando la alerta de excesiva y alarmista y la de otros al actuar forma de tardía y provocada, pone en evidencia hasta que punto la seguridad y la salud de nuestros hijos puede estar supeditada a intereses económicos de lobbies empresariales.

 

Pues lo que se ha sabido es que ya en el año 2003 existía un informe que alertaba de los excesivos niveles de mercurio del pez espada, entre otros, que disuadía de su consumo a embarazadas y niños, informe que la Administraciuón estatal mantuvo oculto y que sólo se vio obligado a desempolvar tras una sentencia de la Audiencia Nacional.

 

Es decir, que la ministra de sanidad tuvo que dar la alerta no porque acabase de descubrirse el venenoso contenido de esos frecuentes pescados en nuestras mesas, sino acuciada por la necesidad de ventilar un secreto oficial, que así se mantuvo durante ocho años para evitar los perjuicios económicos a quienes vendían tan peligroso manjar.

 

La sociedad del riesgo definida Ulrich Beck no se traduce en la sociedad abierta que defendía Kart Popper, sino en lo que podríamos llamar la sociedad opaca, donde el  mayor peligro reside en la ignorancia del propio riesgo. Afortunadamente Leyes como la de información medioambiental pretende evitar el secretismo interesado.

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