Cabezas de turco
Publicada el: 14 de enero de 2012
Este dicho o expresión tiene una explicación histórica. En las cruzadas se libraron cruentas batallas entre cristinos y turcos. La animadversión que se profesaban ambos bandos era tan grande que para un cristiano cercenarle la cabeza a un turco era un logro encomiable. Cuando lo lograban colgaban la cabeza en un mástil de barco o la ensartaban en una lanza, pero si algo malo acontecía a esa cabeza inerte se responsabilizaba. Por este motivo se dice que alguien es cabeza de turco cuando es objeto de las acusaciones de las que son culpables otros.
Algo así ocurre con los profesionales sanitarios acusados de determinados daños propiciados en el contexto de la asistencia sanitaria. Ellos son lo que tienen que dar la cara ante el paciente y los familiares cuando algo sale mal, y sin embargo también son a los que luego se les denuncia por ese motivo, ignorando que en ocasiones los errores sanitarios viene propiciados no por una falta de pericia del médico o por un descuido de la enfermera, sino por una deficiente organización. La mala praxis es secundaria muchas veces a un déficit asistencial ajeno a la competencia del profesional.
Por eso, para que la cabeza que ruede no sea la del profesional sino la del directivo de turno, los médicos tienen que cumplir con su deber ético de denunciar toda deficiencia asistencial que perciban, así quedarán libres de toda sospecha y salvarán no sólo su cabeza sino, especialmente, la de paciente potencialmente expuesto a ese riesgo. Cuando veamos en la misma foto de portada pasar a declarar ante el Juez a un directivo hospitalario entonces quizás empezaremos a mejorar la seguridad del paciente y la tranquilidad del profesional.