Sólo austeridad no vale
Publicada el: 5 de mayo de 2012
Vale que reconozcamos que los días de vino y rosas, esos en que construíamos más viviendas que Francia, Alemania y Gran Bretaña juntas, fueron un exceso, quizás para compensar aquellos tiempos no tan lejanos de penuria y estrecheces.
Vale que nos llenáramos la boca diciendo que íbamos camino de ser la tercera potencia económica de la zona euro y la octava del mundo, alardeando de una economía asentada, principalmente, en el ladrillo y el turismo.
Vale que se nos fuera el presupuesto en organizar exposiciones universales, candidaturas olímpicas, dos premios de formula 1 al año y tres de motociclismo, regatas por los siete mares y un sinfín de eventos cargados de oropel.
Vale que los bancos y cajas dieran crédito a tutiplé, al ciudadano para el adosado, el audi y el viaje al Caribe, y a las Administraciones para construir aeropuertos por doquier y museos de arte contemporáneo en cada capital de provincia.
Vale que ahora haya que apretarse el cinturón y renunciar a todo aquello, pero olvidan nuestros gobernantes que la austeridad empieza por ellos mismos porque los recortes no pueden recaer sólo en los ciudadanos –muchos desempleados- con una mayor presión fiscal.
No vale con reducir el gasto corriente, sino hacerlo en esas partidas de ineficiencia que son los miles de concejales que tenemos, aumentando, por compensación, la inversión pública en esos sectores productivos pilares a su vez de nuestro bienestar: sanidad y educación.