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La cigarra griega y la hormiga alemana

Publicada el: 17 de junio de 2012

En la versión de Esopo aparece una cigarra que después de pasar el verano cantando, al llegar el invierno se encuentra desprovista de alimento y acude a pedirlo prestado a su vecina la hormiga. La laboriosa hormiga se compadece de la cigarra, y le regala algunos granos de arroz, no sin antes advertirle que debe ser previsora, y que «vale más prevenir que lamentar.»

Sin embargo, cuando Jean de la Fontaine y luego Samaniego recrearon esta fábula, quizá por razones histórico-sociales le cambiaron el final, y la que había sido una generosa hormiga pasó a convertirse en un insecto realista, que le niega alimento a la cigarra ya que sabe que su posible generosidad no cambiaría para nada el comportamiento de la cigarra y le obligaría a mantenerla por el resto de su vida.

La fabula traída a nuestro actual momento histórico-económico permite otorgar el papel de la hormiga a Alemania y en menor medida a Francia, y el de cigarra a Grecia, pero también a los llamados PIGS (Portugal, Ireland, Greece, Spain). La hormiga alemana para darnos el grano nos exige grandes sacrificios y la cigarra griega se niega a ceder sus privilegios y amenaza con morir matando saliéndose del euro. Y España, mientras tanto, más que como cigarra como hormiga licenciosa y descarriada promete volver al redil del déficit 0.

Espero que el final de Esopo –sin tenerle en cuenta que fuese griego- se imponga sobre el más moralista e intrasigente de Fontaine y Samaniego, aunque a cambio de esos granos de arroz (unos miles de millones de euros) se alcance el compromiso de una Unión Europea de verdad, es decir, con políticas económicas y fiscales comunes. Sólo así saldremos reforzados de esta crisis alzando los ideales europeos de siempre -cultura y desarrollo económico y social- para no perder el tren del progreso.

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