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El canje, o como tropezar dos veces en la misma piedra

Publicada el: 30 de junio de 2013

Pues ahora, tras saber cómo y con qué intención se vendieron masivamente a pequeños ahorradores, generalmente gente mayor, las cuestionadas preferentes y subordinadas, los mismos empleados se afanan en convencerlos para que canjeen sus acciones, que es en lo que se quedaron las preferentes y subordinadas, por dinero con una importante quita, llamando a todos los clientes, incluso varias veces, para que acudan a la oficina de turno a firmar lo antes posible. Los argumentos utilizados son de chiste de Gila: que si la quita no es tan grande porque ya estuvieron cobrando intereses (faltaría más pues son los frutos de un dinero depositado), que si no implica una renuncia de acciones ya que luego pueden reclamar la diferencia en el Juzgado (sólo faltaría que limitasen ese derecho fundamental), que si las acciones realmente no valen nada y luego no se pueden de vender (ahora no, luego cuando NCG Banco pase a manos de otra entidad, esa cotizada, será otra historia). Y de forma paralela, manejando las claves de ese poderoso mecanismo de persuasión que es el miedo, avisa el banco a través de sus voceros oficiales que a partir de ahora van a recurrir con “contundencia” las sentencias que vayan perdiendo y que anulan las preferentes y las subordinadas. Olvidan que los Tribunales de apelación, incluso el propio Tribunal Supremo, ya se han pronunciado en esta materia de la misma forma que todos los juzgados gallegos. Y olvidan también que cualquier sentencia, y ahora están tardando en dictarse una media de 5 meses, puede ser ejecutada provisionalmente aunque se recurra, de modo que el cliente obtiene ya la liquidez que busca. Lo que sucede es que esos mismos voceros saben pero no cuentan que el juzgado manda devolver al cliente en torno al 110% de la inversión (el nominal depositado y los intereses al 4% anual) y que aun encima tienen que pagar las costas y sus propios gastos (otro 30% adicional). Evidentemente al banco le compensa que el cliente acepte la quita (la más pequeña del 22,42%), pues se ahorra no sólo eso sino un 40% a mayores. Bien es cierto que dice que se podrá reclamar igual la diferencia pero eso parte de una confusión interesada entre proceso y acción. El acceso a la jurisdicción por medio del proceso es incondicionado, cualquiera puede presentar una demanda previo pago de la tasa; pero la acción utilizada para ello ya no puede ser la misma tras el canje voluntario de las acciones. Hasta ahora los jueces vienen acogiendo de forma unánime la acción de nulidad, anulando las órdenes de compra de preferentes y subordinadas, el problema es que tras el canje puede entenderse que existe una convalidación de los contratos (las tesis ahí son varias), quedándonos sólo la acción de responsabilidad, remedio que no tiene a priori las mismas garantías que la acción de nulidad, pues en principio está pensada más para los contratos de gestión de valores que para estos otros. Por todos esos motivos los empleados de NCG Banco están tan aleccionados para convencer a sus antiguas víctimas de este gran timo que fue la venta de preferentes y subordinadas. Pretenden que tropiecen una segunda vez, la primera fue con la compra de esos valores, vendiéndolas antes del 12 de julio con ese gran descuento, a fin de que los clientes con la moral minada por verse sin sus ahorros, acepten el canje con la certeza de recuperar una parte ahora y con la esperanza de recuperar el resto luego en el juzgado. Pero, insisto, NO ES LO MISMO reclamar la quita que reclamar el todo; aunque ése será otro episodio de esta dantesca historia de las antiguas cajas de ahorro todavía pendiente de escribir.
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