El acuerdo judicial para preferentes y subordinadas: verdades y mentiras
Publicada el: 19 de octubre de 2013
Bien cierto es eso de que somos dueños de nuestros silencios y rehenes de nuestras palabras. Por eso es bueno tener memoria y recordar el pasado para analizar el presente y anticiparnos al futuro. Digo esto acordándome de aquella campaña publicitaria en el verano del 2012 en la que NCG Banco pedía públicamente perdón por la comercialización indebida de preferentes y subordinadas.
Sin embargo, los que tuvimos que estudiar el catecismo recordamos eso de que el perdón exige propósito de enmienda, y los señores de las antiguas cajas han demostrado que quitando ese acto de contrición público no han sabido manejar esta situación con intención leal de enmendarse. Y así, con toda lógica, se están quedando sin clientes, lo cual supone su harakiri como banco.
Lo último es el nuevo acuerdo judicial que proponen para que los clientes retiren las demandas. Restan al nominal los intereses como les da la gana (pues no lo explican) y abonan un 5% de la cantidad devuelta para compensar los gastos judiciales. Ese porcentaje cubre el desembolso de la tasa judicial y poco más en la mayoría de los casos ¿Por qué si piden perdón no asumen todos los gastos judiciales?
Ellos mismos se ponen su propia penitencia lo que denota un fariseísmo recalcitrante; se dan golpes de pecho pero hacen lo que quieren. Y al que no acepte el acuerdo propuesto en el plazo de cinco días amenazan con que agotarán todas las instancias judiciales en defensa de sus derechos. Decía el Papa Juan Pablo II que no hay justicia sin perdón, pero quizás en este caso sea al revés: no habrá perdón para los que vendieron preferentes y subordinadas sin justicia.