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Puede prometer, promete, pero no concreta

Publicada el: 5 de abril de 2014

Habrá que recodarle que “obras son amores y no buenas razones”, es decir, que no se puede, como los políticos, prometer y no cumplir, pues caes en el descrédito, fatal sobre todo para una entidad crediticia.

 

Pero si las líneas de su propuesta son devolver una parte, que no todo, a los que todavía tienen atrapadas pequeñas cantidades, y obligar a pleitear a los de cantidades mayores, entonces “para ese camino no hacían falta esas alforjas”.

 

Muchos preferentistas todavía confían en una solución extrajudicial, teniendo más fe en una institución desacreditada que en la justicia, que de una forma valiente y decidida ha construido una doctrina favorable a los intereses de los clientes.

 

Ver la actitud de los jueces al interrogar a los directores de las entidades sobre el argumentario utilizado para vender las preferentes con engaño, es una satisfacción para quienes defendemos los intereses de los ahorradores atrapados.

 

Hasta ahora la única solución existente, generalmente a coste 0 pues las sentencias se ganan con condena en costas, es demandar a la entidad, y esperar que el FROB se allane o a que el juez dicte sentencia, generalmente en un plazo de 6 u 8 meses.

 

Sin embargo, los que quedan llevan dos años esperando por una solución que no llega, primero del gobierno, luego del arbitraje y ahora del nuevo dueño de NCG que está desde el mes de diciembre “templando gaitas” (y los 90 días prometidos ya pasaron).

 

 

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