El laboratorio de la discordia
Publicada el: 21 de octubre de 2014
Imagine usted que monta en un avión y de repente el comandante comunica por la megafonia:
Como al grito de tonto el último todos buscarían la salida para desembarcar, y a continuación presentarían denuncia contra los inconscientes jefes de esa compañía aérea, por lo menos para recuperar el precio del billete. Incluso si algún osado quedase a bordo, la torre de control no daría pista a un avión que incumple las normas de seguridad.
Pues en sanidad esto puede pasar; que la Administración se enroque en la idea de construir -con capital privado- un megahospital en Vigo con más de 1.000 camas, ¡sin laboratorios! Pretendiendo que las muestras viajen 10 kilómetros para ser analizadas en el precozmente vetusto Hospital do Meixoeiro.
Así funciona este país que invierte en aeropuertos sin aviones, en ciudades "da cultura" vacias de idem, o en vías de alta velocidad carentes de los mecanismos de seguridad para evitar un accidente como el del Alvia en Santiago de Compostela.
Qué no ocurra dentro de unos años una desgracia que nos obligue a recordar los avisos admonitorios de los facultativos de los laboratorios de Vigo. Aún se puede evitar ese riesgo. Rectificar es de sabios, aunque hace tiempo que se abandonó la idea platónica de un gobierno de sabios.