Rectificar es de sabios y de ministros en año electoral.
Publicada el: 30 de mayo de 2015
Tras las quejas de usuarios –los padres- y de los médicos –pediatras y preventivistas-, con la complicidad de los medios de prensa que daban cuenta de los viajes a las farmacias portuguesas para comprar la vacuna para los niños, el ministro ha rectificado y ha autorizado su venta en España. No eran viajes de padres alarmistas sino de padres informados.
El meningococo es una bacteria que vive con frecuencia en la nariz y la garganta de una persona, sin provocar la enfermedad. Cuando se activa puede producir infecciones graves, sobre todo meningitis y sepsis (infección de la sangre), y provocar importantes secuelas, incluso la muerte de la persona afectada.
La infección se puede tratar con antibióticos, pero a veces su avance es tan rápido que los medicamentos no resultan eficaces. La mejor prevención es la vacunación. Por eso la Asociación Española de Pediatría recomienda la vacunación frente al meningococo B para todos los niños a partir de los 2 meses de edad.
La vacunación frente al meningococo C está incluida en los calendarios vacunales de todas las comunidades autónomas españolas y ha demostrado ser muy eficaz, ya que el número de infecciones ha disminuido sustancialmente desde su introducción en el calendario general. En nuestro país, prácticamente ha desaparecido la enfermedad por meningococo C en la infancia.
Desde agosto de 2014, en nuestro país está disponible la vacuna frente al meningococo B, pero para uso hospitalario. Se financia públicamente para algunos niños inmunodeprimidos y en caso de detectarse brotes. La situación española es excepcional, ya que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) permite que se distribuya libremente.
En España, la vacuna está autorizada y financiada por la sanidad pública, para aquellas personas con problemas de defensas. Para el resto no, la tiene que pagar los padres, pero ahora por lo menos ya no tendrán que sumar al precio (sobre 90 euros) los gastos de desplazamiento a otro país, como si de contrabandistas se tratasen.