El nuevo hospital de Vigo y los extraños compañeros de alcoba
Publicada el: 13 de septiembre de 2015
A medida que salen a la luz las miserias del nuevo hospital de Vigo, expuestas por los propios profesionales que se las ven y las desean para realizar con dignidad su trabajo, se van descubriendo más detalles sobre la financiación, desarrollo y puesta a punto de ese hospital, una historia con trazas de culebrón mexicano.
Pues al margen de que ese hospital no se ha hecho por el sistema de colaboración público-privada (falacia repetida hasta la saciedad), sino por el de concesión de obra pública, lo peor en que se redujo sustancialmente las camas y los quirófanos previstos, para seguir fracturando la sanidad viguesa en tres hospitales distintos (el nuevo, el Meixoeiro y POVISA).
Y mantiene ese elemento extraño que es Galaria (el antiguo Medtec), una empresa pública que todavía gestiona una parte de la asistencia sanitaria en el área de salud de Vigo, incluso, lo que resulta más grotesco, la realización de las resonancias magnéticas privando de su intervención a los especialistas y técnicos del SERGAS.
La injerencia de la susodicha empresa en el nuevo hospital fue asumir el control de las obras de construcción del nuevo hospital. Para ello recibió casi 4 millones de euros, pero eludiendo ese cometido decidió externalizarlo, adjudicándose a la empresa creada ex profeso por una exdirectiva del propio hospital.
Esa señora, que ocupó varios cargos similares en la sanidad madrileña (en los tiempos de la marea blanca, que hizo dimitir a consejeros y dar marcha atrás en las medidas privatizadores), está a su vez casada con un directivo del propio hospital de Vigo, con lo cual, como aquel lema televisivo, todo queda en casa.
¿Simple coincidencia o una muestra más de la endogamia política que campa a sus anchas por gobiernos de todo signo? Respondan ustedes. Pero más allá de la diatriba partidista, a la que soy totalmente ajeno, algo está fallando en los mecanismos de control de la contratación pública, más allá del último recurso que es la vía judicial. Quizás sea nuestra única esperanza.