Un McDonald´s en el centro de salud.

No puede ser de otra forma porque se acabaron los recursos públicos, y las nuevas infraestructuras sanitarias se tienen que realizar bajo fórmulas de colaboración con el sector privado. Resumiendo, una empresa construye el centro de salud lo cede a la Administración, pero a cambio consigue la concesión de determinados servicios: limpieza, seguridad, cafetería, por ejemplo.

La novedad es que la misma empresa que construye dispondrá además de locales distintos de los propios dedicados a las instalaciones sanitarias para su explotación independiente. Con lo cual si antes los centros de salud eran lugares a los que sólo se acudía cuando uno está indispuesto, en unos años puede que se conviertan en un polo de atracción para los sanos con ganas de entretenimiento.

Lo que no sabemos es si en el pliego de condiciones para licitar la obra se prohibirá el uso de posterior de los locales disponibles para fines poco saludables. Si no es así será digno de ver como en una consulta el médico receta una dieta pobre en calorías y al otro lado de la pared sirven esas hamburguesas de gran tamaño ricas en grasas saturadas de las que nos disuaden los rectores de la salud pública.