Canción triste de Forum-Afinsa

Imagínense que en la esquina de una céntrica calle unos estafadores montan un negociete de venta a los viandantes de sellos de falso valor.

 

Imagínense que no sólo los venden sino que luego los recompran prometiendo incrementar la inversión con rentabilidades del 10% anual.

 

Imagínense que esa operativa filatélica no es controlada por las Administraciones Públicas porque ninguna ley regula la compraventa de sellos.

 

Imagínense que esos estafadores se dan credibilidad patrocinando toda clase de eventos y saraos que avalan con su presencia y agradecidos discursos las autoridades.

 

Imagínense que estalla el negocio y se descubre la estafa porque el dinero no llega para pagar los prometidos intereses a los incautos inversores.

 

Imagínense que las mismas asociaciones de consumidores que nunca advirtieron el riesgo inician una cruzada contra el Estado para exigir su responsabilidad.

 

Imagínense que exigida judicialmente la responsabilidad los Tribunales eximen al Estado porque existe un vacío legal que no le obliga a intervenir.

 

Pues esto que les cuento no nace la imaginación de un inventor de inverosímiles tramas judiciales sino de la triste realidad de quienes doblemente se vieron engañados.

 

Lo dicho al principio: tengan cuidado porque ahí fuera siempre encontrarán quienes quieran engañarles, quienes miren para otro lado y quienes les prometan justicia.