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¿El ruido excesivo de un bar puede ser delito?

Publicada el: 23 de septiembre de 2016

Existen ocasiones en que los problemas de contaminación acústica sobrepasan lo que son una mera molestia y llegan a suponer un verdadero daño.

Esto es lo que ocurre con el ruido generado por los bares, cafeterías, pubs y discotecas, que por una presión sonora superior a lo permitido o por falta de aislamiento acústico, exceden el ruido permitido.

Normalmente estos excesos de contaminación acústica se quedan en una sanción administrativa o incluso en la revocación de la licencia.

Pero cuando la persistencia del dueño del bar se mezcla con el “pasotismo” municipal nos encontramos ante un delito medioambiental.

Este es el caso analizado por la Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Penal, núm. 370/2016 de 28 de abril 2016 (Rec. 1906/2015), donde enfoca el problema de este modo: “Las personas tienen, por lo tanto, derecho a que la porción del medio ambiente en el que viven una parte considerable de su vida esté protegido de todo ruido que no pueda ser considerado socialmente adecuado, como los que están legal y reglamentariamente proscritos”.

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