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Cuando no se cuida a los que nos cuidan

Publicada el: 10 de julio de 2020

El personal al servicio de la salud está sometido a un elevado estrés laboral y no tanto por la presión asistencial en una organización con déficits estructurales y carencias mal disimuladas, sino porque no ha implantado una cultura motivacional a su personal.

Todo lo contrario. El estrés, el born-out y también el mobbing crecen en el caldo de cultivo de una organización excesivamente jerarquizada, donde la burocracia mal entendida anula vocaciones castigando al que discrepa o promoviendo al afín.

La crudeza de esta situación se expresa cuando el personal sometido a esas presiones enferma porque además no funciona la prevención de los riesgos psicosociales, incluso de forma indolente a los requerimientos no sólo del trabajador sino de la inspección de trabajo.

Nuestra cliente sufrió el aislamiento en su equipo por discrepar, denunció la situación pero el SERGAS se limitó a aplicar un protocolo interno, ajeno a las obligaciones legales, protocolo que incluso luego llegó a incumplir.

La sentencia del Tribunal Superior de Galicia no sólo confirma la del Juzgado de lo Social en todos estos incumplimientos, sino que estima nuestro recurso, aprecia nuevos incumplimientos y eleva la indemnización a 15.000 euros.

Nos congratula jurídicamente la sentencia, pero nos queda una sensación agridulce, porque aunque se repara –mas moral que económicamente- el daño, hemos visto de cerca el sufrimiento de una buena profesional. Y eso no se olvida.

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